Condenamos contundentemente los hechos acaecidos durante las manifestaciones espontáneas en Madrid y concretamente las brutales cargas del 4 de Agosto de 2011 por parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado.
Esta acción no es admisible ni se puede tolerar en un estado que se define como democrático y de derecho. Si no se han respetado los derechos universales de los ciudadanos a reunión y a la libre circulación, ¿qué legitimidad tendrán entonces los que a través de la violencia quieren imponernos su razón?
Estos hechos son aún más graves cuando se trata de violencia contra el pueblo que clama indignado por la aplicación de una democracia real donde se garantice la participación ciudadana en la escena política y en contra de la poderosa influencia del poder financiero en las políticas mundiales.
Se ha coartado la libertad de expresión de las personas y se ha atentado contra la integridad física de éstas agrediendo sin medida a jóvenes y ancian@s. Además los agentes han exigido indiscriminadamente la identificación a los manifestantes pacíficos.
(Artículo 21 de la Constitución. “Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa” http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/constitucion.t1.html ).
Hasta esta noche las muestras de solidaridad se han ido repitiendo en diversas ciudades de todo el territorio estatal. Y dada la gravedad de las imágenes de los hechos que han sido difundidas por todo el estado de forma inmediata se prevee que esta solidaridad e indignación solo pueda aumentar.
Apoyamos de manera firme y contundente tanto el comunicado difundido tras el desalojo de Puerta del Sol y Paseo del Prado desde Tomalaplaza.net como las movilizaciones que están teniendo lugar estos días en Madrid y llamamos a la ciudadanía a reflexionar acerca de la credibilidad de nuestro sistema que impunemente ha promovido una agresión salvaje, brutal e injustificable contra el pueblo que no ha cometido mayor delito que el exigir de forma pacífica el derecho a manifestarse libremente.
Si creéis en la libertad y en los derechos que las fuerzas de orden público están vulnerando os invitamos desde Democracia real Ya a demostrar vuestra indignación en todas las plazas de España en solidaridad no solo con tod@s los heridos de Madrid sino con todas las personas que alrededor del mundo ven reducidos sus legítimos derechos a través del uso de la violencia.
Por lo tanto apoyamos y animamos las concentraciones de protesta que habrá en todas las plazas del estado mañana viernes 5 de agosto. No podemos permitir que se recorten nuestras libertades ni se nos agreda por manifestarnos de forma pacífica.
No somos mercancía en manos de políticos y banqueros.
Infórmate, indígnate, reacciona y manifiéstate por tus derechos en tus calles y plazas. ¡Son nuestras!
DEMOCRACIA REAL YA
3 Comments
Es evidente que el cambio es inevitable. Esto que está sucediendo es sólo la manifestación de una necesidad evolutiva. Ni los políticos, ni los mercados y demás pueden frenarlo, ni saben. Se trata de unirnos todos y discernir cada uno qué es lo que verdaderamente queremos, aparte de lo fundamental para vivir. ¿Realmente pensamos que esta fuerza de oposición contra lo establecido viene de nosotros? Es la evolución, la naturaleza en estado puro. Sigamos y avancemos, pero la única arma que nos ayudará es la unidad entre las personas. El movimiento empieza en una capa, pero deberá alcanzar a todos, también a los políticos y mercados. Ellos se creen inmunes a la crisis, pero la suya será peor : “cuanto más alto se está más abajo se cae”. Unamos nuestra fuerza en pro del cambio evolutivo y no perdamos el tiempo en si la policía hace esto o aquello, sólo hacen su trabajo. Esto que ocurre en el mundo es como una nueva criatura que intenta nacer, y no se detiene en bagatelas. La fuerza de unión y conexión controlada y con cabeza es
imparable. No nos movamos por odio, sino para mejorar todos. Escuchemos al de al lado, también al policía, cada uno cree que sus razones son las verdaderas. Pero hay una cosa que nos atañe a todos y es que la evolución no se detiene ante nada. Para que un cuerpo crezca y avance, todas los órganos son necesarios, por poco que nos guste o nos moleste: un cerebro sin corazón no funciona y un corazón sin cerebro sólo puede latir.
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También las libertades, que no la Libertad con mayúscula, terminan donde empiezan las de los demás. Y los ‘demás’ son los visitantes o los asiduos que encuentran el Sol en esa plaza que es de todos, como los propietarios de diferentes servicios o los que van y vienen por subterráneos o por tierra. Esa plaza también pertenece a otros ‘indignaos’ que también se indignan por éstos y otros motivos.
Participé en la primera manifestación, apuntado en la lista de DRY. Ante la posterior deriva de los distintos grupos que se cobijan bajo la etiqueta del ‘¡Indignez-vous!’ hezteliano, me desligué de este grupo que tienen todo el derecho de indignarse, también de otras formas, pero no con mi adhesión. ¿Por qué después de tanta marcha, tanto parlamento, tantos ‘festejos’, no se deciden de una vez , forman un grupo coherente y se presentan a las próximas elecciones para, por fin, sentirse ‘representados’.
Instalar ‘quechuas’ y otros cobijos puede resultar hasta interesante y pelín divertido, pero quizá va siendo hora de pasar a las obras, a las realidades y demostrar que se sabe también ‘resolver problemas’. Es muy fácil señalar las trampas, las desidias y los errores de los demás, quizá sea algo más complejo gobernar o intervenir dirigir a un pueblo como éste.
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Acción-reacción. Reflexiono.
El movimiento 15M surge como respuesta al sistema que hemos creado. Éramos muchos y muchas los que en cada reunión de casa, con los amig@s, compañer@s de trabajo, con el vecin@, “arreglábamos” el mundo en el que vivíamos. En esos instantes en los que la imaginación volaba éramos capaces de dar solución a casi todo. Unas veces de manera más radical y otras más equilibrada.
Resulta que llegó un momento en el que de manera espontanea salieron a la calle miles de personas y se unieron para exigir y pedir un cambio en la democracia. Fueron miles, cientos de miles quienes democráticamente y por los cauces legales en funcionamiento expresaron su hartazgo, cansancio y enfado ante los atropellos y descaros que el sistema ejecutaba delante de nuestras narices.
Seamos realistas, nos queda mucho camino por andar como sociedad. Hay quienes aún piensan que este movimiento está condenado al fracaso, hay quienes piensan que somos una panda de locos utópicos que se cansarán, hay quienes vuelven la mirada, hay quienes estando dentro se dejan llevar, en fin, que hay de todo, y a la sociedad le ha salido una nueva veta que presume extenderse y colorear todo el panorama social para poder transformarlo.
Seamos realistas, hay muchos, sobre todo los que miran desde las nubes, que ven en este movimiento un verdadero peligro. Me refiero fundamentalmente a los políticos y su séquito. A los grandes empresarios y corporaciones mundiales las sitúo en otra octava por encima de los políticos a los que manipulan a su antojo.
Ellos y ellas, los políticos, son personas como nosotros que piensan, con todo el derecho del mundo, que hay que salvar el sistema en el que estamos, que debemos hacer un esfuerzo por no alejarnos de Europa, ni de la globalización, que merece la pena el sacrificio… Dentro del pueblo hay bastantes que se creen lo que sus políticos les cuentan. Y no les falta razón para ello, pues son tan ignorantes como puedan serlo en muchas ocasiones sus líderes. Ignorantes no en el sentido de analfabetos, ignorantes en el sentido de desconocer las verdaderas razones que mueven a los líderes de los grandes partidos políticos, ignorantes porque desconocen ámpliamente las verdaderas razones que llevan a un país a recortar libertades, a imponer cada vez más tasas, más impuestos, más recortes sociales, en definitiva menos capacidad de decisión a cada una de las personas que conformamos esta sociedad.
Porque yo me pregunto, si un político en su mejor y más dulce momento de lucidez y valentía, pretendía alcanzar el poder para cambiar el mundo en el que vivía, ¿qué ocurre cuando lo alcanza para no hacerlo?, ¿Porqué no cuentan la verdad de lo que ocurre en la cúspide quienes llega a ser nuestros representantes?, ¿Porqué los planteamientos que inicialmente impulsan una carrera política luego son irrealizables en gran medida? A lo mejor la respuesta tiene que ver con la honradez, la sinceridad y la valentía.
Me pregunto cómo es posible que quienes han vivido una dictadura de 40 años, se conforme con tan poco y le llamen democracia. Me pregunto cómo es posible que esos mismos que exigían y hablaban de democracia en aquellos tiempos permitan ahora cargas policiales contra ancianos, las nieguen y manipulen los medios para que no se sepa NADA. ¿Cómo han podido olvidar tantos años de oscurantismo, silencio, clandestinidad y subversión y ahora sean capaces de hacer exactamente lo mismo?.
Me pregunto cómo es posible que tengamos que reformular la democracia aquellos que nacimos -supuestamente- bajo su paragüas en aras de la tremenda confusión que ahora nos produce esa palabra. ¿Cómo es posible que yo sienta que vivo en una dictadura? Por que, por favor, no confundamos el estado del bienestar y el consumismo con los verdaderos pilares que asientan una democracia. NO VIVO en una democracia desde el mismo instante en el que mi constitución me permite ciertas actividades contra las que posteriormente se realiza una brutal carga. NO VIVO en democracia desde el mismo instante en el que mi capacidad para decidir sobre mi destino se limita a una urna que abre su angosto espacio cada cuatro años. NO VIVO en democracia desde el mismo instante que otros deciden por mi. NO VIVO en democracia desde el mismo instante en el que se crean leyes que no sirven para nada y que protegen a unos más que a otros, privilegian a unos más que a otros.
Amigos y amigas de este movimiento, seamos realistas, la velocidad de este proceso estará en función del grado de actividad que seamos capaces de desarrollar, será más o menos exitoso en función de nuestra propia capacidad para ser coherentes con lo que llevamos dentro. No se trata de que nuestros políticos cambien o nos escuchen, no se trata de parar desahucios, o evitar que entren en el parlamento para que aprueben presupuestos, o de aguantar una carga policial o recoger diez millones de firmas. En mi opinión se trata de ser realmente inteligentes tanto de mente como de corazón, de ser certeros, de ser lo más realistas posibles, de ser pacientes, de actuar contra los atropellos con consciencia pero sobretodo y en los comienzos, de comunicarnos y hablar mucho y no solo de palabra. Primero entre nosotr@s, luego con los que se acerquen y cuando seamos mayoría solo tendremos que dar un paso adelante. Hay miles de frentes abiertos en esta sociedad, y solo entre tod@s podremos solucionarlos, pero seamos realistas, si nos dispersamos en mil batallas ellos ganarán aún siendo muchos menos. Es muy fácil colarse en medio de un grupo caótico y luego desintegrarlo mediante la dispersión y la distracción. Es muy difícil hacerlo, y mucho más, si cada uno de sus miembros tiene en si mismo claro lo que ha de hacer y le mueve. No se trata de que sean ellos o nosotros, se trata de que seamos tod@s o no seremos ninguno, y en todo caso, la maquinaria del sistema en el que estamos seguirá moviéndose, y ahí, hay poco que hacer.
¿Qué hacer? Continuar, ante todo continuar, pero con inteligencia, con sentimiento. De nada sirve hacer una manifestación al mes si eso va a quemar a la gente. De nada sirve mantener acampadas eternamente o solo llorar los desalojos. La frescura de esta revolución reside en el cambio constante, en la adaptación constante, en el replanteamiento continuo, en la espontaneidad, en participación colectiva, en sus valores humanos como impulso y motor. Tomar y dar aire es mejor que hacer solo un movimiento. Es mejor una parada para descansar que morir en el intento, pero tb es necesario dar toques de atención potentes al sistema. Repito la pregunta, ¿qué hacer? Hablemos, reflexionemos, imaginemos, propongamos, pero cuando decidamos movernos, hagámoslo todos, y a la vez. Y no pensemos que será ni la acción definitiva, ni la última probablamente. Dejemos volar la imaginación para encontrar soluciones -como nos han dicho los sabios- y dejemos que lleguen esas soluciones, si hacemos las cosas de la misma manera siempre ocurrirá lo mismo, pero si cambiamos el resultado variará. Para un desahucio es importante, pero tb lo es por ejemplo, conseguir que el banco elimine intereses, no ir a votar, o votar en blanco, o apagar las luces tres horas seguidas millones de personas, o hacer sesiones informativas, o tener buenos canales de comunicación, o recoger firmas para que votemos y decidamos qué hacer en vez de votar programas que lo único que hacen es dejar esa capacidad de decisión en manos ajenas, simplemente o ayudar a tu vecino, pero tb lo es encontrar una respuesta masiva que repercuta globalmente en todo el sistema y presione a los gobiernos. Diré una gran burrada, pero a lo mejor, si desoyen sistemáticamente las peticiones de millones de personas, tenemos que ir a fundar una nueva ciudad y crear un sistema paralelo… ¡gran burrada!
Aunque aún somos pocos, somos muy contagiosos, mucho, ¿sabéis porqué? Porque en el fondo, lo que nos mueve para cambiar de arriba a abajo este sistema, son los valores humanos, que, por cierto, incluyen la expresión más amplia posible de lo que significa la verdadera democracia. Esos valores son los que pueden presionar a quienes gobiernan mucho más que cualquier poderosa razón y transformar este planeta, pero antes deben estar en nosotros mismos: Libertad, respeto, igualdad, justicia, amor.
Quiero ser más, no tener más… sólo eso.
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